Convivencia junto a potajes gitanos de Nochebuena
Mariela Soriano/Linares
Un día antes, desde el colectivo de Mujeres Gitanas Paraj organizan su tradicional concurso de Potajes Gitanos de Nochebuena, con el que buscan compartir con los linarenses una tradición que une a todos los miembros de las familias en una fecha tan señalada.
Un día antes, desde el colectivo de Mujeres Gitanas Paraj organizan su tradicional concurso de Potajes Gitanos de Nochebuena, con el que buscan compartir con los linarenses una tradición que une a todos los miembros de las familias en una fecha tan señalada.
La Asociación de Mujeres Gitanas Paraj mantiene su empeño por difundir las costumbres y las tradiciones gitanas a través de diferentes actividades. Entre ellas se encuentra la celebrada ayer, con la novena edición del Concurso de Potajes Gitanos de Nochebuena, para el que cuentan con la colaboración, además del Patronato de Bienestar Social del Ayuntamiento, de Alcampo.
“Se trata de una de las tradiciones gitanas menos conocidas por el resto de la sociedad en general, la de la celebración de la Nochebuena, en la que se unen todos los miembros de las familias gitanas para degustar el potaje de Navidad como algo simbólico”, explican desde el colectivo. Y la idea de hacerlo antes de esos días tan señalados es para poder compartirlo con el resto de los linarenses. De hecho, y como ocurrió en ediciones anteriores, tuvo gran aceptación entre los vecinos. Además, en la cita participó, como ya es tradicional, además de representantes del Ayuntamiento, la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, Natividad Redondo.
El concurso, que comenzó a las seis de la tarde y se celebró en el instituto Himilce, constó de varias fases. Así, tras la inauguración oficial se pasó a la exposición de los potajes, en las que las participantes mostraron los guisos para, seguidamente, ser valorados por un jurado integrado por “gitanas mayores de Linares”, que decidió por votación el potaje que resultaba más exquisito, y que recibió un merecido galardón. A continuación, llegó uno de los momentos más esperados por muchos, que fue la degustación de los diferentes platos y, para poner el broche a la cita gastronómica, no faltó el flamenco con una actuación que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes. De esta forma, se cumplió uno de los principales objetivos por los que se organizó la actividad, que era el de propiciar espacios de convivencia, así como motivar la interrelación entre personas de distintas culturas, consiguiendo a través de la gastronomía difundir una de las costumbres y tradiciones de la cultura gitana.
“Se trata de una de las tradiciones gitanas menos conocidas por el resto de la sociedad en general, la de la celebración de la Nochebuena, en la que se unen todos los miembros de las familias gitanas para degustar el potaje de Navidad como algo simbólico”, explican desde el colectivo. Y la idea de hacerlo antes de esos días tan señalados es para poder compartirlo con el resto de los linarenses. De hecho, y como ocurrió en ediciones anteriores, tuvo gran aceptación entre los vecinos. Además, en la cita participó, como ya es tradicional, además de representantes del Ayuntamiento, la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, Natividad Redondo.
El concurso, que comenzó a las seis de la tarde y se celebró en el instituto Himilce, constó de varias fases. Así, tras la inauguración oficial se pasó a la exposición de los potajes, en las que las participantes mostraron los guisos para, seguidamente, ser valorados por un jurado integrado por “gitanas mayores de Linares”, que decidió por votación el potaje que resultaba más exquisito, y que recibió un merecido galardón. A continuación, llegó uno de los momentos más esperados por muchos, que fue la degustación de los diferentes platos y, para poner el broche a la cita gastronómica, no faltó el flamenco con una actuación que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes. De esta forma, se cumplió uno de los principales objetivos por los que se organizó la actividad, que era el de propiciar espacios de convivencia, así como motivar la interrelación entre personas de distintas culturas, consiguiendo a través de la gastronomía difundir una de las costumbres y tradiciones de la cultura gitana.